1 Corintios 10:12-13
«12 Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. 13 Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.» (NTV)
1 Pedro 5:8
«8 ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.» (NTV)
Viviendo por un divorcio- aún y especialmente cuando es del causo del adulterio de un esposo-somos vulnerable. La aflicción nos hace vulnerable por la perdida de una relación importante a nuestras vidas, una que nos orientó al mundo, una que fue parte de nuestra identidad. Hay que tener mucho cuidado sobre las relaciones que desarrollamos en éste tiempo.
A Satanás le gusta abusar de la gente vulnerable, aislada y desolada.
Lo que empieza como algo “inocente,” hablando con un compañero del sexo opuesto de la angustia de su matrimonio, se puede intensificarse rápidamente a una relación romántica si no tenemos cuidado. No es suficiente decir “mi intención no fue cometer adulterio.” Hay que intentar que mantener nuestra palabra al fin, a pesar del desenlace amargo. La duración del proceso del divorcio es un tiempo con más peligro.
Recuerdo como me sentí durante esa parte de mi divorcio. El tiempo entre cuando mi esposa me sirvió los papeles y cuando se finalizó fue muy difícil. Sentí muy desolado y aislado. Me dolió físicamente regresar a una cama vacía. La ausencia de mi esposa de cinco años me gritó. Cada día me fijé en todos los recordatorios que ella ya no se me enamoraba, no se me amaba nada más. Ya no me preguntaba cómo me fue el día etc. Esos días estaban muertos. Me extrañaba más que sólo el sexo. Perdí mi compañera, mi pareja. Eso combinada con su rechazo despectivo (es lo que adulterio es) me dolía mucho…
…Y me hizo vulnerable a deseos para aliviar el dolor por empezar algo con otra mujer.
Anhelaba que alguien me comprendería. Me extrañaba la conexión humana por todos niveles-emocionalmente, espiritualmente, sexualmente.
Como yo, me imagino que muchos de uds comprendan ese deseo y que tenían oportunidades disponibles, pero por la gracia y sabiduría del Señor no las persiguieron.
La biblia es claro que todos somos pecadores, todos podemos caer en pecado. Incluyendo la tentación de adulterio. Nadie es exento y la persona sabio se reconoce este y obedece las precauciones.
La batalla es más el conocimiento.
Es clave que nos damos cuenta que somos vulnerable y tomamos precauciones para evitar el peligro del pecado. Amigos del mismo género con la misma fe son importantes para cada uno en la pareja. No es apropiado gastar tanto tiempo con alguien del sexo opuesto cuando hablan de temas íntimos- ej: cada cosita tan pequeña de cómo su esposo se falló/está fallando. O cómo su matrimonio ahora esta muerto por el adulterio- porque señala que estás disponible. Tenga precaución y comparte esa información con los amigos del mismo género.
Tenga cuidado.
Sea sabio.